martes, 18 de octubre de 2011

15 O

Ayer 15 O me vi arrastrada por mi lado más idealista y menos pragmático en la participación de la manifestación y posterior asamblea que tuvo lugar en el centro de Madrid. Y reconozco que en medio de aquella multitud es difícil no confiar en que todavía un mundo mejor es posible, tal suma de voluntades, y ya no solo a escala nacional sino global (por todas las demás manifestaciones que tuvieron lugar en cientos de ciudades del mundo) creo que habrían nutrido la esperanza de cualquiera…
En todo caso, quería destacar algo que se mencionó en la asamblea y que, desde mi punto de vista, es el primer punto del que debemos partir todos si de verdad estamos dispuesto a esforzarnos por mejorar las cosas: El cambio empieza por uno mismo.

El concepto de crecimiento a toda costa se sustenta sobre la codicia, la acumulación incontrolada. Sin embargo, el fomento de lo colectivo y de valores  como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la cooperación, etc. darían como fruto inevitablemente una sociedad más justa que es, a fin de cuentas, lo que todos deseamos.
Según Ignacio Sánchez Cámara catedrático de filosofía del derecho de la Universidad de A Coruña, más allá de los abusos financieros que están en la base de esta crisis, “hay un problema profundo, que afecta a la cultura europea y occidental desde hace décadas, y es el de su modelo moral, en el que ahora predominan el relativismo y el hedonismo”. Y me atrevo a creer que muchos coincidimos con él.
Cabe destacar además, que quienes ocupan los lugares más visibles de nuestra sociedad no muestran cualidades precisamente positivas, sino una mera exhibición de lujo y de poder. Y eso es lo que acaba calando en la sociedad, una sociedad de “sálvese quien pueda” donde impera la ley de la selva, y, de acuerdo a la cual, no sorprende tanto que hayamos llegado al punto al que hemos llegado.

(Version française)

Hier 15 O je me suis trouvée ralliée par mon côté plus idéaliste y moins pragmatique dans la participation de la manifestation et ulterieur assamblée qui a eu lieu au centre de Madrid. Et j´admis que au milieu de tel foule c´est dificile ne pas avoir la confiance sûr l´idée que un changement est possible.  Tel somme de volontées, et pas seulement à échelle national mais aussi global (pour toutes les autres manifestations qui ont eu lieu dans centaines de villes du monde entier) je crois que cela aurait nourrir l´espoir de quiconque.
En tout cas, je voulais surtout souligner quelque chose que s´est mentionné pendant l´assamblée et que à mon avis, c´est le point de départ de tous si nous sommes vraiment prêts à faire l´effort pour ameliorer les choses: Le changement commence par soi-même.

Le concept de croissance à tout prix se nourrir de cupidité, d´accumulation incontrolé. Cependant, le développement du collectif/ensemble et des valeurs comme la solidarité, le respect, la tolerance, la coopération, etc. donnerait inévitablement à une societé plus juste que c´est ce que l´on veut tous á la fin.
Selon Ignacio Sánchez Cámara, professeur de philosophie du droit á l´université de A Coruña, au délas des abus financier qui sont á la base de la crise, “il y a un problèm plus profond qui touche à la culture européenne et occidentale depuis des décenies et c´est celle de son modèle moral et dans lequel maintenant domine le relativisme et le hédonisme”. Et j´osse à croir que beaucoup d´entre nous, on partage cette pensée.
Il faut en plus rémarquer que ceux qui occupe les positions les plus visible dans notre societé ne montrent pas des qualité précisement positives, mais un seul exhibition de luxe et pouvoir. C´est cela ce qui finit pour faire de notre societé une societé du “every man for himselg” (“sálvese quién pueda”, aucune idée comment dire ça en francais…) oú régne la loi de la jungle et, en accord avec cela, ce n´est pas si étonnant le fait d´avoir arrivé où on est arrivé.  

Comentario artículo "La CNC pide retirar trabas legales a los horarios y rebajas en las tiendas" El Mundo, 14 de Octubre

Estos último días hemos oído hablar de la iniciativa tomada por la presidenta de la Comunidad de Madrid de permitir a los comercios abrir con total libertad de horarios en toda España y con la pretendida intención de establecer una normativa definitiva antes de que acabe el año. Ya hace algún tiempo este tema se debatió también en nuestro país vecino, Francia, lo cual pasó finalmente a un segundo plano por la falta de respaldo y críticas que recibió. De manera que me ha sorprendido, como en muchas otras ocasiones, abrir el periódico y leer noticias que implican cambios para los trabajadores, para los consumidores y para nuestra sociedad en general y que ni siquiera se han debatido públicamente. Es más, se toma a los consumidores como argumento cuando ni siquiera se ha hecho público antes de tomar la medida para saber lo que realmente opinan.

A mí normalmente me funciona el preguntarme a quién benefician las medidas adoptadas para así poder interpretarlas mejor. Y, generalmente, permite aproximarse al tan necesario porqué de las cosas.

En este caso, la noticia parece haber suscitado todo tipo de reacciones en función de si beneficia o no intereses propios. Por un lado, se oponen las asociaciones de pequeños comerciantes y autónomos y CCOO. Y, por otro, la Comisión Nacional de Competencia, el Gobierno de Aguirre, la Cámara de Comercio de Madrid y las patronales de los grandes almacenes y concesionarios, entre otros.

Por un lado, se defiende la creación de empleo lo cual han criticado pequeños comerciantes y sindicatos diciendo que no creará empleo ni se reactivará la economía sino que, por el contrario, solo favorecerá a grandes almacenes que de este modo conseguirán dar salida a reservas almacenadas, beneficiando, una vez más, a las grandes superficies y perjudicando al comercio tradicional.

Y, por otro, la libertad de los consumidores para no ver restringidas sus necesidades de comprar en cualquier momento cualquier día. Cierto es que para que la economía se reactive es necesario consumir y, a mi lo que me parece, es que no es sino una concesión más para aquellos que viven del fomento del consumo, en la mayoría de ocasiones innecesario, innecesario para ser feliz, necesario para sostener el modelo de producción y consumo desmedido en el que vivimos...
Estaba echando un vistazo a las entradas publicadas en el blog de la asignatura y reconozco que estoy gratamente sorprendida de lo que se ha escrito. 
A mí, la verdad, me está resultando un ejercicio tremendamente positivo ya que el hecho de escribir, lo que sea, siempre me ha parecido una buena práctica, no solo para ordenar y aclarar ideas sino también para mejorar una forma de expresión cada vez más dejada de lado. Escribir ayuda también a hablar y a detenerse un momento y reflexionar, a imprimir pensamientos, a ser creativo, a esforzarse,… me cuesta pero me gusta.

Sociedad como reflejo de la educación

El martes pasado Emilio Lledó, filósofo español, escribió un muy interesante artículo de opinión en El País que me pareció venir a colación de lo que precisamente hemos hablado en clase de Sistema Económico Mundial sobre la educación, por eso me gustaría compartirlo con vosotros.


Lledó reflexiona acerca de las razones de la tendencia privatizadora de nuestra política y cómo una de sus claves la podemos encontrar (remontándonos a nuestra infancia) en la educación y en los ideales, en esas opiniones que dice, se clavan en nuestras neuronas y apoderándose de ellas determinan nuestra forma de actuar, de mirar e interpretar el mundo.Si esto es así ¿por qué actuamos en contra del fomento de la ética, la cultura y la educación si son las verdaderas generadoras de riqueza ideal, moral y material? pero no, todos sabemos que el motor del mundo es el dinero... y yo me pregunto ¿cómo hemos podido entenderlo todo tan mal? 
Espero que lo disfrutéis...
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Quien/privatiza/politicos/elpepuopi/20111004elpepiopi_12/Tes

Cuestiones que merecen reflexión

El documento de la ponencia marco del PSOE y del que se ha discutido en la última conferencia política de dicho partido, dice "La crisis económica que vivimos es a la vez el anuncio y la consecuencia de un gran tránsito histórico: el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad. Un cambio al menos tan trascendental como lo fue el paso de la sociedad agraria y rural a la sociedad industrial y urbana, pero mucho más rápido que aquel o cualquier otro cambio de gran magnitud ocurrido con anterioridad".

En El País del pasado sábado 1 de octubre, Juan Carlos Rodriguez Ibarra (miembro del Consejo de Estado y ex Presidente de Extremadura) trata de dar respuesta a algunas de las siguientes preguntas entorno a las cuales invito a reflexionar: ¿Por qué se caracteriza dicha sociedad? ¿Por qué nuevo paradigma nos guiamos? ¿Qué papel debe de jugar un partido político en el seno de esa nueva sociedad? ¿Qué significa ser socialista en el siglo XXI? ¿y obrero? ¿Qué se pretende proteger hoy en día?

Ensayo 1er día

En nuestro 1er día se nos invita a reflexionar en grupo sobre experiencias positivas y experiencias negativas. Tema que exprimimos hasta llegar al denominador común de que cualquier aprendizaje merece siempre la pena. En mi opinión, si nos ceñimos al estrictamente académico, sin duda, aquel que nos llega a través de un excelente profesor, compensa cualquier esfuerzo por grande que sea, y con ello me refiero a los auténticos malabares que muchos tenemos que hacer para compatibilizar la universidad con el trabajo, la familia, los amigos, el ocio, etc. Pero cuando eso sucede, ya lo creo que merece la pena, cuando uno se sumerge casi inconscientemente en una buena clase, cuando determinadas explicaciones te transportan a un estadio más próximo a conocer la realidad que te rodea, o simplemente iluminan espacios que antes se presentaban opacos.

Yo quise destacar una experiencia, en este caso extra académica, que para mi fue de capital importancia. Una experiencia que, sin embargo, no solo me permitió conocer el exterior, aquello que me rodeaba, sino también mi interior, a mí misma. Fueron aproximadamente cuatro años, de los cuales, uno viví en Francia y tres en Inglaterra. Dicha experiencia, además de valerme para aprender idiomas, fue especialmente enriquecedora, no solo por la intensidad con la que sucedía todo y la cantidad de personas a las que encontré, sino por todo lo que aquello aportó a mi manera de mirar el mundo.